sábado, 9 de abril de 2016

LA FAMILIA ASENJO, FABRICANTES DE GASEOSA EN LERMA.

Entre los miles de fabricantes de gaseosa que se extendieron por toda España durante el siglo XIX y la mayor parte del XX hoy vamos a rescatar la historia de la familia Asenjo, asentada en Lerma a principios del siglo XX y que un siglo más tarde mantienen una importante actividad comercial en la Villa Ducal.
Lerma a fines del siglo XIX.
Los orígenes de esta empresa familiar datan fines del siglo XIX, cuando llegó Víctor Asenjo a la Ribera del Arlanza procedente de Monasterio de Rodilla. Primero se asentó en Villalmanzo, donde en 1883 encontramos a Víctor Asenjo Pérez como secretario de este ayuntamiento y posteriormente se trasladó a Lerma donde en  1897 ya aparece  como propietario de una ferretería y poco después,  compró parte del antiguo palacio Ducal en el que asentó sus negocios.
En el inicio del siglo Lerma cuenta con 2.500 habitantes, es un núcleo rural y de servicios que abastece a la comarca circundante y su industria es escasa. Se ubicaban en ella tres fábricas de aguardientes y licores, 2 alfarerías, 2 fábricas de chocolates, una fábrica de electricidad, 3 molinos y una imprenta.
También  dos fabricantes de gaseosa, según El Anuario Riera de 1897:  Valeriano Domínguez y Tomás Santos (activos al menos entre 1897 y 1911, aunque no aparecen documentados en todos los anuarios de este periodo).
Anuario Riera 1903.
En el Anuario de 1903 aparecen reflejadas las distintas actividades comerciales de Asenjo Pérez e Hijo (Víctor): ferretería, droguería, almacén de camas,  vidrio y loza, vendedores de tejidos y representantes de fósforos, todos estos negocios ubicados en el antiguo palacio, Plaza Mayor 15.
Los orígenes de la fábrica de sifones debe datar de fines de la década de 1910. En Quintanilla de la Mata se conserva un sifón con la leyenda "Fábrica de bebidas gaseosas Asenjo Lerma", es de fabricación británica, grabada al ácido. Según Francisco Hernández Duque, autor del libro "La fabricación de gaseosa y sifón en Navarra" este tipo de sifón se utilizó hasta 1920, época en que fueron sustituidos por de chorro de arena.
Sifón de Asenjo.
La primera referencia escrita de que dispongo procede  del Anuario Industrial y Artístico de España de 1932. En ese año Lerma tenía 2.499 habitantes y contaba las abacerías de Jesús Asenjo y Pablo Asenjo, el primero también regentaba una droguería y ferretería, la fábrica de gaseosas, un almacén de hierros, era cosechero de vinos, transportista  y propietario de un almacén de lana, en esa publicación aparecen los hermanos Villa como propietarios de otra fábrica de gaseosa.
Botella para gaseosa de bola de Asenjo.

También se usaron las botellas de bola. Este sistema había nacido en Inglaterra en 1872, inventado por Hiram Codd. Tenía como ventaja que la botella de gaseosa se sellaba en el mismo instante en que se rellenaba. Su uso fue de uso común en casi toda España (excepto en Levante) hasta los años 40, cuando se extendió en la gaseosa el uso del tapón corona. Este tipo de botella pesaba unos 800 gramos y debían ser lavadas boca abajo, mediante un chorro de agua a presión. Eran menos higiénicas, por lo que acabaron siendo prohibidas por el B.O.E. el 22 de marzo de 1955.
D. Jesús Asenjo, que amablemente departió con nosotros en agosto de 2015, recordaba como en su infancia unas mujeres lavaban las botellas en el patio del antiguo palacio del Duque de Lerma, se utilizaban cepillos y calderos de agua. También  como muchas de aquellos envases después de cesar la producción de gaseosa, acabaron rotas para extraer la canica del interior y finalmente que llegaron a utilizar botellas con tapón corona.
Feria en Lerma, en este palacio estaban los locales de Asenjo.
La producción de gaseosa se paró en 1941 por la falta de suministro de azúcar, pero continuó la de sifón hasta 1960 e incluso algunos años más tarde.  La distribución se realizaba mediante carros por la comarca. 
Distribuidor de gaseosas por León: fuente http://etnoleon.blogspot.com.es

La familia Asenjo continuó su actitividad comercial en el mundo de la ferretería, llegando a tener clientes hasta en Bilbao, que acudían a Lerma en busca de suministros tan particulares como las herraduras. En la actualidad, y después de más de un siglo de vida empresarial, Asenjo sigue siendo uno de los apellidos que identifica al comercio lermeño.

1 comentario:

  1. Otra buena investigación, por esos lugares tan históricos de nuestra querida Castilla. Vienen bien estos estudios del profesor J. Calvo, por la rigurosidad en que se implica para sus indagaciones, y luego nos expone el resultado de sus estudios de forma amena, comprensible para todos; pero muy especialmente, para que no se olviden esos personajes capaces de poner novedosas industrias en marcha, cómo se lo curraron, y aguantaron el tipo hasta la llegada de técnicas más modernas. No conviene olvidar detalles como éstos, y aprendamos de la autoestima de nuestros propios vecinos europeos. Enhorabuena.

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